Entrenar en otoño y a principios de invierno puede ser muy
duro. El clima cambia rápidamente y es fácil caer en una pequeña depresión y
perder la motivación para entrenar.
Te traemos cinco consejos para ayudarte
a recuperar tu motivación y volver a darle duro a los pedales.
Si estás siguiendo un plan
de entrenamiento periodizado todo el año, seguramente has
marcado tu primer pico de forma en los meses de Abril-Mayo así que esa fecha
ahora mismo la ves muy lejana en el calendario.
Despertarte todavía un poco dolorido de
tu último entrenamiento, tener ganas de apagar la alarma del despertador, tener
un gran apetito e incluso sentirte un poco más irritable de lo habitual son
señales de que has estado entrenando duro. Todos estos factores pueden provocar
que no tengas las mayores de las ganas de salir a entrenar un día como hoy.
Sin embargo, tenemos buenas noticias.
Hay varias maneras para recuperar tu energía y incrementar tu motivación para
subirte a la bici.
Consejo
1
Descansa totalmente dos o tres días.
Seguro que estás pensando “…¿no perderé el estado físico?…”. En absoluto. El
descanso es tan importante como el entrenamiento, así que si
entrenas duro y te ajustas a tu plan nutricional a la perfección pero no
aplicas esa misma diligencia a tu descanso, te quedarás sin pilas.
Descansar totalmente no significa
ocupar tu tiempo con otras obligaciones (ya sean domésticas o laborales). Es
hora de relajarte. Así que tómate dos o tres días de descanso y… descansa
Durante estos días, sigue comiendo con
normalidad para satisfacer tus necesidades diarias de energía, ve
a la cama temprano, si es posible échate la siesta, manténte
hidratado, no dudes en hacer una buena liberación
miofascial y haz un poco de trabajo de movilidad, pero tómatelo
con calma. Volverás con las pilas recargadas.
Consejo
2
Incluye más Omega 3 en tu dieta
comiendo salmón fresco y otros pescados. El Omega 3 ayuda a reducir la
inflamación y aumenta tu actividad cerebral, permitiendo disipar esa niebla que
se concentra en tu cerebro a mediodía y que provoca una ligera depresión.
Cuanta menos oscuridad tengas en tu
cerebro, más energía te quedará para tu entrenamiento.
Consejo
3
Deja un intervalo de por lo menos seis
horas entre dos sesiones de entrenamiento. Si bien es muy recomendable doblar
sesiones una o dos veces por semana, el apilamiento de entrenamientos en tres o
cuatro días consecutivos a menudo conduce a resultados mediocres.
Si realmente tienes que doblar
sesiones, que sean cortas y de calidad. De lo contrario, respeta el propósito y
la adaptación fisiológica deseada para cada entrenamiento, y dale a tu
organismo suficiente tiempo para recuperarse.
Consejo
4
Échate la siesta. Pueden ser siestas
breves de 20 minutos o incluso unos buenos 60 minutos durante el fin de semana.
Durante la semana, una siesta rápida después del almuerzo puede recargar
completamente tu cerebro, dándote más energía y preparándote para el resto del
día.
Si las siestas terminan afectando tu
sueño nocturno, intenta tomarlas más temprano en el día o investigando por qué
no estás durmiendo profundamente. Podría ser un signo de sobreentrenamiento
crónico.
Consejo
5
Completar de dos a cinco minutos de
meditación. La
meditación diaria te ayuda a centrar tu enfoque y te ayuda en
la visualización de tus objetivos.
Existen varias apps para
móvil de control de tiempo para meditar, descárgate alguna y empieza probando
con dos o tres minutos. Encuentra esos tres minutos al día para escuchar con
auriculares esa aplicación con los ojos cerrados así aumentará tu sensación de
calma, motivación y relajación.
Posiblemente creas que algunos de estos
consejos sean exagerados, pero tomar tiempo para dejar que tu cuerpo y tu
cerebro se recuperen y darles lo que necesitan con el descanso es la solución
para sentirte más motivado para tu próximo entrenamiento.
(fuente: Clare Zecher)